Educación Ambiental para niños - La recuperación del juego en el Nivel Inicial

Educación Ambiental para niños

La recuperación del juego en el Nivel Inicial


La Educación Ambiental debe ser el punto de partida en el desarrollo de potencialidades de los niños, donde se marquen las bases de sus experiencias futuras. No obstante esto no debe implicar, bajo ningún punto de vista, el abandono del juego. Vale recordar que el juego, al decir de Platón, es una manera de formar buenos ciudadanos contribuyendo a la tan mentada alfabetización científica de los niños.
La tarea de educar a las nuevas generaciones, en el nivel inicial, no sólo implica la responsabilidad de transmitir conocimientos básicos, por ejemplo sobre ambiente. En este nivel se enfatiza hoy el compromiso de afianzar valores necesarios para que el niño pueda mejorar su calidad de vida, tomar decisiones fundamentales y continuar aprendiendo. No obstante resulta evidente, que el rol de los docentes de nivel inicial, ha sufrido cambios notorios con el tiempo.
Alrededor de los años ´70 los docentes de nivel inicial se preocupaban por convocar a reuniones a los padres, brindar explicaciones sobre cómo eran y en qué etapa evolutiva se encontraban los alumnos y alumnas. En la actualidad la necesidad es imaginar el futuro de los niños y niñas, donde las expectativas y la preocupación por la transmisión en el presente se desplegarán hacia el porvenir. Lo expuesto nos habla directamente de la forma en que fue evolucionando la educación inicial; hoy el oficio de enseñar resulta complejo y no escapa a los contextos científico-tecnológicos, temporales o espaciales de las salas de nivel inicial.

Es interesante actualmente reflexionar acerca de los modos en que se manifiesta el día a día en el nivel inicial, en función de los espacios y de los tiempos. Lamentablemente aún existen casos, a lo largo y ancho de nuestro país, en los que la enseñanza y el aprendizaje de las ciencias naturales en las salas de nivel inicial transcurren casi rutinariamente, apostando a pleno a lo instituido en detrimento de lo instituyente. Sin embargo, concretamente desde el campo de la educación ambiental, algunas propuestas interesantes parecen surgir como alternativas al accionar rutinario. Estas propuestas implican brindar al niño la oportunidad de experimentar con la incertidumbre, el asombro, la curiosidad y la creatividad, reservando un segundo plano a conductas como la observación y la indagación.
Habitualmente condenamos el aburrimiento y falta de interés de los niños, la violencia, o incluso la hiperactividad. Sin embargo la mayoría de los expertos coinciden que los docentes somos los generadores de ello, lo que se suscita cuando abandonamos el trabajo diario con el asombro, la curiosidad, la creatividad y la incertidumbre, señalados en el párrafo anterior.

Se plantea aquí un tema central en la discusión cotidiana dentro del nivel inicial, donde el replanteo de la enseñanza y el aprendizaje, dejan de mirar al niño para enfocarse en el oficio docente. El oficio docente es concebido por Dubet como la capacidad de producir algo de conocerlo y de hacerlo reconocer. Ampliando ello se plantea como meta, principalmente desde la educación ambiental, compartir el deseo de saber con los niños. Si el aburrimiento y falta de interés tienen origen en los propios docentes, es allí donde será inevitablemente volcado a los niños.
Ahora bien, para no desproteger el oficio docente será clave repensar la práctica de los docentes en el nivel inicial. Resulta indispensable en conocimiento amplio de este nivel por parte de los docentes, y ello se inicia en la formación misma de profesorado, sobre todo, de su historicidad y sus desafíos. Es imperante en la formación de futuros docentes de nivel inicial plantear la diferencia entre los términos niño e infancia, sobre todo porque el segundo, entendido como un proceso sociocultural, varía con la época y el contexto. Esa época, ya mencionábamos previamente, ha sufrido cambios notorios con el tiempo. Y por otra parte, ese contexto, debe abandonar las rutinas. Rutinas que, desde los profesorados, se manifiestan como una formación en ciencias naturales y su didáctica alejada de la realidad que deben vivir los futuros docentes, una formación teórica que plantea al ambiente lejos de los contextos integrados que señalan los diseños curriculares.

Está claro que el rol docente en el nivel inicial trasciende el mero abordaje de contenidos sobre ambiente, pues se centra en asumir el compromiso de acompañar a las familias en los primeros años de la infancia; allí otra de las premisas de su carácter integral. Esto es factible, como ya se señalara, a partir de un conocimiento acabado de las características del otro, como individuo particular, como sujeto cuya identidad se construye a partir de situaciones y contextos únicos y particulares.
Sin caer en el clásico error de la conceptualización, en cierta forma alejada de las posibilidades del nivel inicial, nos encontramos en este nivel con la posibilidad mágica de enseñar a los niños, algo que antes no conocían. A través del juego, aprovechando de ellos unas características que les son propias, el asombro, la curiosidad y la creatividad. Muchos pedagogos y profesionales afines han establecido clasificaciones de los juegos de acuerdo con el momento de desarrollo del niño, sin embargo la propuesta aquí resulta simple, abordar la educación ambiental desde el juego mismo.
En relación a lo que venimos desarrollando es que la Consultora Ambiental ECOTONO  brinda Talleres de formación para estudiantes de Nivel Superior, de todos los profesorados, en los que el eje central está orientado a la maravillosa posibilidad de abordaje de la heterogeneidad de situaciones y contextos.




Prof. Lic. Darío M. Genovese
Referente del área educación de la Consultora Ambiental ECOTONO
Contacto: ecotono.educacion@gmail.com